lunes, 2 de febrero de 2009

Gran triunfo de 'Camino' en los Goya

La apuesta de Fesser, un filme diferente para el cine español, que habla de la espiritualidad, de cómo el Opus Dei manipula la enfermedad de una niña, el homenaje de un cineasta a una niña de 13 años, Alexia González-Barros, se llevó anoche seis de las siete candidaturas por las que competía.
"Siempre puedes ofrecer tu sufrimiento a Dios". A Javier Fesser no le ha hecho falta aplicarse esa frase de su película Camino. En un escenario en el que Carmen Machi presentó la ceremonia con humor - "me ha hecho mucha gracia el show, me ha hecho reír", decía Benicio del Toro, Goya al mejor actor por Che, el argentino, y si lo decía él...-, la apuesta de Fesser, un filme diferente para el cine español, que habla de la espiritualidad, de cómo el Opus Dei manipula la enfermedad de una niña, el homenaje de un cineasta a una niña de 13 años, Alexia González-Barros, se llevó anoche seis de las siete candidaturas por las que competía. "Es un filme contra la oscuridad, el dolor y los fundamentalismos en este país", comentó Jordi Dauder, Goya a la mejor interpretación masculina de reparto, y sus compañeros vencedores -Carme Elías, Nerea Camacho y Fesser por partida triple como guionista, director y coproductor- insistieron en la luminosidad de su mensaje, mientras caían chuzos fuera del Palacio de Congresos.

Si como afirmaba uno de los sketches de Muchachada Nui que se proyectó durante la gala, la familia Grigui es quien decide los Goya, en su 23ª edición apostaron por la provocación, desde el Goya de Honor para Jesús Franco a Camino pasando por el pleno de El truco del manco, de Santi Zannou, con tres trofeos (canción, dirección novel y actor revelación). El mismo mensaje repitieron el realizador novel y el veterano: "He hecho una película honesta y trabajada desde el corazón". Para Zannou, un homenaje a su gente de barrio; para Fesser, un recordatorio a Alexia, que le inspiró.

A Benicio del Toro la inspiración le llegó desde otro luchador, el Che. "No sé muy bien qué estaría haciendo hoy en día Guevara, pero seguro que no estaría sentado detrás de la mesa de un despacho". Y preguntado por el valor que le daba al Goya, él, que tiene el Oscar por Traffic, respondió con rapidez: "Soy un fanático de las pinturas de Goya. Saturno devorando a sus hijos...De verdad, que es un premio muy especial". Más expresiva estuvo Penélope Cruz, que antes de irse al aeropuerto para llegar a tiempo al almuerzo de los candidatos a los Oscar hoy en Los Ángeles, aseguró con el Goya (su tercero) a la mejor actriz secundaria por Vicky Cristina Barcelona en la mano: "¿Uno u otro? ¿Por qué tengo que elegir? Quiero los dos. Ahora estoy cruzando el Atlántico cada tres o cuatro días y el esfuerzo merece la pena. Entre el rodaje de Nine y la promoción del filme de Woody no paro". ¿No es extraño llevarse un galardón por una comedia? "Yo no tenía ni idea mientras rodábamos que era una comedia. Yo me metí en la piel de María Elena y ni me fijé en el género". En una de esas idas y venidas entre Madrid y Los Ángeles, confesó, verá Los abrazos rotos, su última colaboración con Pedro Almodóvar:
Del resto de la noche, además del desfile de curas cinematográficos -Raúl Arévalo, Jordi Dauder, José Ángel Egido- hubo un recuerdo para el Dios del celuloide español, el fallecido Rafael Azcona, coguionista junto a José Luis Cuerda por Los girasoles ciegos, a los que la Academia premió su guión, la adaptación del libro homónimo de Alberto Méndez; una apuesta por el cine de animación de calidad, con El lince perdido, y, para que no se fueran con las manos vacías, dos premios para Los crímenes de Oxford, de Álex de la Iglesia, y uno para Sólo quiero caminar, de Agustín Díaz Yanes.

Entre dedicatorias a los pueblos de los ganadores, taconazos por las escaleras del escenario, y mensajes de Carmen Machi ante las posibles críticas a su labor, el patio de butacas, con ministros incluidos, disfrutó del espectáculo. Al menos el risitas hizo gala de su mote.

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